La verdadera historia de peppa pig

Peppa Pig es la protagonista de la serie, una cerdita de rasgos antropomórficos que vive con su familia en una colina. Pero déjame contarte en que se inspiraron los creadores de esta serie.
Peppa era una niña que vivía en una granja con su padre. Ella y su padre crinaban cerdos, pero Peppa no sabia que tarde o temprano esos cerdos debían morir, para poder ser vendidos a frigoríficos. El cariño tal que tenia Peppa por los cerdos la llevo a un acto totalmente horrible que acabaría con su vida. Esta sin dudas es una de las historias mas terroríficas para arruinar tu infancia!!



Creepypasta entera 1:
No hay dudas de que uno de los personajes favoritos en la actualidad es la maravillosa cerdita de color rosa, Peppa, que en muy poco tiempo acaparó el mercado entero, convirtiéndose incluso en uno de los memes más sonados en algunos países. 

Sin embargo, su origen, desconocido para muchos, esconde una historia escalofriante y bastante alejada a la imagen que se tiene hoy. Trata de una pequeña niña llamada Peppa que vivía junto a su hermano y padre, en un criadero de puerquitos, mismo que eran la única fuente de ingresos de la familia. 

La madre de Peppa había sido condenada a prisión luego de haber intentado matar a su propio hijo, hecho que afectó tremendamente a la niña, quien desde ese momento, comenzó a vivir en un mundo de fantasías donde su única familia eran los cerditos que aparecen hoy en la caricatura.

 Al ver lo afectada que se encontraba su hija por el panorama, el padre de Peppa decidió matar a todos los animales de su granja. La menor sufrió una crisis tan fuerte que al salir corriendo de la casa, resbaló y cayó en una trituradora, salpicando de sangre a su padre que corría detrás de ella. El dolor del hombre fue tan grande, que enloquecido, en segundos mató a su otro hijo para después suicidarse.

Aunque es un hecho poco conocido, los residentes de Essex, lugar de los hechos, aseguran que se han reportado diversas desapariciones, así como cuerpos descuartizados de adolescentes, quienes misteriosamente aparecen con la marca de la silueta de una niña con cabeza de cerdo.

Creepypasta entera 2:
Hace poco que descubrí la caricatura. Es decir, volví a reencontrarme con ella. Fue a través de mi pequeña hija, quien era capaz de pasar horas viendo aquella monótona y mal dibujada serie que me recordaba a "Caillou", otro dibujo animado bastante similar en cuanto a trama.

Quiero contarles una verdad muy triste acerca de "Peppa Pig". La historia tras la creación de esta serie no es tan sencilla como sucede con las demás...

Hace aproximadamente década y media yo vivía en una granja junto con mis padres. Justo tras nuestra casa vivía una familia la cual criaba cerdos. El criadero de puercos de los Smith's funcionaba también como matadero y, al parecer, sus ventas siempre iban empeorando más y más.
La verdad, los Smith's estaban conformados solo por dos personas: Peppa Smith y su padre Johan. La madre de la pequeña había sido llevada a prisión por intentar asesinar a Johan con un machete en presencia de su hija cuando estaba en estado de ebriedad.


En fin, esa Peppa era mi amiga. Era una chica agradable y sumisa a pesar de todo. Tenia pecas al rededor de toda la cara y era algo regordeta, por herencia de su padre. Habían veces que yo acompañaba a Peppa a darle de comer a sus doce cerdos. Recuerdo que ella tenia a sus favoritos. Se trataba de una familia de porcinos, de la cual el macho era un animal enorme y obeso (y si mi memoria no me falla, Peppa decía que estaba medio-ciego), y la hembra había podido tener solo dos crías por ser muy poco fértil. Una de las crías era un simpático cerdito el cual al gemir en vez de decir "Oink" gruñía como un demonio (o tal vez como un dinosaurio) y la otra era una cerda extremadamente grande. Esta ultima había sido victima de una mutación al azar en el vientre de su madre, por lo que la hacia ver mayor que su otro par.


Peppa y yo solíamos hacer dibujos con tizas en la pared de mi granero. Un día, mientras yo y mi escasa imaginación de niña dibujábamos una flor, mi amiga de encontraba haciendo un bosquejo de algo completamente fuera de lo normal. Con una tiza rosada dibujo a su familia de cerdos favorita, vistiendo playeras y vestidos, cosa que me daba mucha gracia. Peppa notó mi sonrisa y me presentó su obra de arte con una vos bastante orgullosa de si misma:

"La que ves aquí es Mamá Pig. Quien está a su lado es George, y trae en sus patitas el peluche de un dinosaurio porque le gusta mucho rugir como ellos. Luego viene Papá Pig, que lleva unas gafas puesto que no puede ver bien... Y la ultima se llamará Peppa Pig... ¡Peppa!, igual que yo, porque le tengo mucho aprecio y es parecida a mi..."
A mi amiga le gustó tanto su dibujo que llamó a su padre para que lo fuera a ver. Cuando el Señor Johan se encontró ahí tomo a Peppa de las trenzas y le dio un tirón agresivo en señal de desaprobación.


Y recuerdo sus palabras:
"¡Mocosa! ¿¡Cuantas veces te he dicho que no te encariñes con esos puercos!? Esta mañana he arreglado la máquina trituradora y pondré a andar la producción de carne de cerdo otra vez. ¡Esos animales putrefactos que dibujaste tan descaradamente sobre es tablas están enfermos! Mañana mismo me desharé de ellos y los venderé al carnicero!"
Peppa había estallado en llanto y corrió a abrazarme, pero su padre de interpuso en su camino y la llevó a triturar menudencias para dárselas de comer a los demás cerdos.


Estaba desecha por dentro. Podía escucharla desde mi casa como gritaba de dolor desde el matadero, cuando su padre le cortó la cabeza machetazos a quien la niña había apodado como "Peppa Pig". Llegó a las afueras de mi granero con las manos cubiertas de sangre de animal a reunirse conmigo, y entre lágrimas y llantos que erizaron mi piel, pintó con el líquido rojo el vestido el la cerdita menor; Peppa. Luego trazó una sonrisa con sangre sobre la tiza rosa, y dejó de llorar. Levantó la mirada hacia mi. Dio unos lentos pasos y me susurró que la acompañara a triturar las menudencias, puesto que el día anterior no lo había hecho de tan triste que estaba.


Fui tras ella, siguiendo su fúnebre e inestable caminata. Peppa y yo llegamos hasta la trituradora: una inmensa máquina automática de gran potencial. Mi amiga la encendió y llenó una cubeta de quien sabe que cosas, se subió a una endeble escalerita. En la parte de arriba la ví vaciar el apestoso contenido y luego de un rato bajaba una molida pasta más apestosa aún.


De pronto se detuvo. Emitía un crujido como s
i algo se hubiese atascado. Los poderosos engranajes no estaban funcionando. Peppa, sumergida en la amargura volvió a subir la escalerita para ver que había provocado la falla...


No se si fue intencional o tal vez sólo un accidente. Peppa se encontraba con su brazo insertado dentro de la máquina, mientras la fuerza de los engranajes la empujaba hacia adentro. Desde la ranura por donde se emanaba la pasta estaba saliendo mucha sangre, la cual salía disparada con potencia hacia todas partes. Peppa gritaba mi nombre... Me pedía ayuda. Yo corrí hacia ella, pero tropecé y derribé la escalerita que sostenía aún los pies de Peppa. La chica llevaba triturado todo su brazo hasta el hombro y continuaba. Inocentemente, me dirigí hacia la ranura de la pasta y toque aquella carne molida... ¿Por que demonios hice eso? La sangre salpicó mi rostro y algo de ella se posó en mi boca. Ya sólo escuchaba los gritos de Peppa de no tenían contenido alguno. Eran los mas desgarradores gritos que jamás había oído. Y de pronto cesaron. El cráneo de Peppa había sido triturado ya. Salí de mi estado de shock y comenze a llorar. Y unas manos me apartaron de la maquina. Estaban mis padres junto a Johan, quienes habían venido al escuchar el griterío.

Johan vio las piernas de Peppa colgar desde la parte superior del triturador automático. La tiró con fuerza, como si fuese a sacar a su hija sana y salva desde ahí, pero la maquina no dejaba de trabajar, resumiendo en pasta ensangrentada lo que quedaba de ella. Mis padres me llevaron a casa, pidiendo que lo olvidara, cuando lo más lógico era que me preguntaran por lo sucedido.
"Olvídalo, hija, Peppa está bien..."
Era pequeña e inocente, pero no tonta. Peppa estaba muerta.


La noche siguiente el cuerpo de Johan Smith fue encontrado nada y más ni nada menos que en la pared de mi granero. Su rostro había sido desfigurado por una baja de escopeta que había sido disparada justo entre sus ojos. El padre de Peppa se había suicidado a los pies del dibujo de su hija. Su sangre era tan oscura como la tierra, lo que parecía que la familia de cerdos estuviese sobre autentico lodo, así como los cerdos aman revolcarse ahí.

Cuando fui a ver, los policías se encontraban evaluando el lugar de los acontecimientos. Habia un reportero quien me entrevistó y me pidió detalles sobre el asunto. Lo ayude con su trabajo periodístico, el cual debió haber llegado de boca en boca y viajando por el tiempo hasta llegar de algun modo a oídos de los creadores de la serie (pienso yo), la cual se daría a conocer mucho tiempo después, mostrando el día a día de la simpática cerdita Peppa que vive feliz junto a su tierna familia ,en las colinas...

No importa cuanto reproche mi hija. No puedo volver a ver esos dibujos que aquella niña hizo en la pared de mi granero pasarse en televisión.
Aun siento sobre mis manos el peso de esa pasta sangrienta.


No. No la dejaré ver eso.
No la dejaré ver...
"Peppa Pig".

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